¿Por qué a veces son difíciles las relaciones interpersonales?

Todo depende de la historia personal de cada quien y de la consciencia que se tenga de sí mismo.

Veamos...

Durante la niñez, adolescencia y juventud pueden generarse heridas. Esas heridas afectan nuestra relación intrapersonal y, por consiguiente, nuestras relaciones interpersonales.

Estas heridas pueden convertirse en mecanismos carenciales o patológicos que "nos acosan y avasallan [e impiden vivir] liberados, conscientes, expresivos y abiertos a satisfacer de forma adecuada nuestras necesidades del tipo que sean" (Ramírez, 1998, p. 12).

Tales defensas neuróticas (que impiden contactar con el mundo emocional) inconscientes están generalmente, llenas de abandono, rechazo, sometimiento, mercantilismo afectivo, manipulación, frustración, negación del afecto, rabias, rencores, terrores, hostilidades, odios.

El ser humano experimenta diferente tipo de situaciones; sin embargo, las vivencias desafiantes, dolorosas y difíciles son las que llevan a un punto de inflexión personal. Es justamente ésa experiencia, la que se convierte en “la oportunidad”. Así surge, la palabra clave: Contacto.

Tal vez te preguntes: ¿Contacto para qué? Púes, contacto para tomar consciencia de tus posibles heridas y sus consecuencias emocionales en ti y en tu forma de relacionarte con el mundo exterior.

¿Cómo hacerlo? Con acompañamiento profesional personal y, si es posible, dependiendo del caso, con acompañamiento grupal.

Puedes ver la presentación en vídeo aquí:  Relaciones Interpersonales

REFERENCIAS

Martín, A. (2006). Manual práctico de psicoterapia gestalt. Bilbao: Desclée de Brouwer.