Carácter Masoquista

El masoquista muestra sumisión extrema al gusto y disposiciones de los demás, especialmente de los que considera superiores. Las presiones externas hacen que la agresividad del masoquista quede sepultada y reprimida al grado que es incapaz de usarla en defensa propia.

 

Contenido

1.     ¿Qué es masoquismo?

2.     Característica Distintiva

3.     Rasgos Psíquicos

4.     Rasgos Físicos

5.     Causas Principales

6.     Terapia

7.     Referencias

 

El masoquismo es una actividad defensiva debida a las represiones sociales de la búsqueda del placer. No es un instinto biológico de sufrimiento y de muerte. El masoquismo es un medio de supervivencia en un medio ambiente hostil al cual la persona debe ajustarse y someterse para recibir aceptación a costa de negar sus propios impulsos y sentimientos (Reich, citado en Ramírez, 1998).

 

El masoquista es resultado de una presión continua ejercida por las exigencias de los padres y maestros, que aplastan no sólo la búsqueda de placer del sujeto sino también su propia individualidad y asertividad. Por ende, el masoquista duda de sí mismo y desconfía de los demás (Lowen, citado en Ramírez, 1998).

 

La característica distintiva del masoquista es que muestra sumisión extrema al gusto y disposiciones de los demás, especialmente de los que considera superiores. En su interior guarda un fuerte sentimiento contra la autoridad y sentimientos profundos de hostilidad y negatividad. Las presiones externas hacen que la agresividad del masoquista quede sepultada y reprimida al grado que es incapaz de usarla en defensa propia, ni en la búsqueda de sus fines.

 

RASGOS PSÍQUICOS DEL CARÁCTER MASOQUISTA

·         No tiene noción de lo que quiere y de lo que intenta realizar.

·         La autoestima depende de la sumisión a los demás y de su aprobación.

·         De niño, aparece siempre como el niño bueno y obediente.

·         De adulto, como el responsable que acata y se somete servilmente a quienes tienen autoridad sobre él.

·         Al reprimir su rebeldía y agresividad, reprime la expresión de sus sentimientos.

·         Ha perdido el respeto por sí mismo.

·         Fuertes sentimientos de inferioridad mezclados con superioridad que mantiene a raya.

·         El carácter masoquista es pre-genital. Es decir, comienza a formarse antes que aparezcan los impulsos sexuales.

·         Cuando llega a los 12 años, al sentir impulsos sexuales, su expresión sexual está bastante limitada por culpa, humillación y degradación.

·         A veces, su atracción es por personas mayores que él.

·         También se siente atraído por personas que considera de mayor estatus, posición social, posición económica o intelectual. Esto refuerza la actitud de sumisión.

·         Está atrapado entre sus impulsos vigorosos y sus esfuerzos por mantenerlos a raya, sin expresión.

·         En distintas áreas tiene un historial de esfuerzos y fallas, de empeño y retroceso.

·         Indeciso e impulsivo al intentar romper sus propias barreras.

·         Todo tiene que hacerlo con esfuerzo. Esto se manifiesta apretando el abdomen y los glúteos, las quijadas y mordiéndose la lengua.

·         Se queja continuamente.

·         Es prisionero de lo que Freud llamó superego. Es decir, de las normas, la moral y las prohibiciones parentales. Y esto no le deja en paz ni un momento.

·         Puede sentir que está a punto de reventar por estas presiones internas.

·         Puede llegar a hacerse daño con el fin de romper la presión o de castigarse por la expresión de su agresividad y sexualidad.

·         En las personas criadas en un ambiente religioso exigente, el masoquista resulta un escrupuloso que en todo ve pecados y que hace penitencias exageradas para expiarlos.

 

RASGOS FÍSICOS DEL MASOQUISTA

·         Tiene mucha energía, pero fuertemente reprimida.

·         La expresión externa de la energía está en sus ojos tristes.

·         El cuerpo es corto, fornido y musculoso.

·         La espalda es abultada, como acostumbrada a llevar enormes pesos de trabajo y obligaciones que le han echado y que él soporta.

·         Cuello corto y grueso, como un toro.

·         Cabeza metida entre los hombros, por el músculo trapecio inmóvil y vencido.

·         Pelvis echada hacia adelante con el trasero apretado, dando la impresión de un perro asustado con la cola entre las patas.

·         Piel pardusca y con vello abundante.

·         Las mujeres tienen más vello de lo usual en la parte inferior del cuerpo; tienen glúteos anchos y muslos fuertes.

·         Constricciones en la garganta (similares al trasero).

·         Voz quejumbrosa.

·         Habla entredientes.

·         Ante personas de autoridad o en situaciones desconocidas, es notable una sonrisa fija que implora perdón o aceptación ante sus posibles faltas. Es la sonrisa del niño bueno que quiere agradar; detrás de esa sonrisa hay un fondo profundo de hostilidad.

·         Las funciones genitales y excretoras las ejecuta con esfuerzo, como tratando de romper la malla que lo aprieta; algunos aprietan los puños y los dientes cuando ejecutan algunas de estas funciones.

·         Encuentra muy poco placer en la actividad sexual; pues, la hace con esfuerzo y para complacer a la pareja.

 

CAUSAS PRINCIPALES DEL MASOQUISMO

·         El carácter masoquista se forma durante la infancia en la familia, se refuerza en la pubertad y adolescencia por presiones similares.

·         El amor e interés por el niño estuvo condicionado a su sumisión incondicional a las exigencias de la madre, impuestas a la fuerza o por estratagemas de sentirse la víctima, cargando con sentimientos de culpa al infante que pretendía rebelarse.

·         El padre aparece como una figura pasiva y sujeto a los caprichos de la madre por mantener la paz o como alejado y sin interés en la educación de los hijos.

·         Debido a la pasividad o lejanía del padre, el niño no tiene apoyo en su resistencia. Y termina sometiéndose a sí mismo a ser el “niño bueno”.

·         La madre es quien regula al detalle sus necesidades de comer y eliminar. Por ello, las tensiones del ano, la pelvis y glúteos estrechos y apretados.

·         La madre es una insegura en la maternidad y tiene preocupación ansiosa y excesiva por la alimentación del niño y las funciones de eliminación.

·         La madre desatiende las necesidades de contacto, amor y seguridad del infante.

·         La madre obliga a comer al niño y las funciones de evacuación están programadas por ella; por lo que el niño hace esfuerzos supremos para complacerla.

·         De joven y adulto, no sabrá lo que quiere y necesita.

·         La madre se interesa en el niño, pero se muestra exigente por la desconfianza en ella misma y en el niño. Cree que si incumple las reglas de su familia y de su cultura, ella no cumplirá con su deber y el niño será un fracasado.

·         La madre cree que las personas están inclinadas “al mal” y que por ello hay que educarlo y domesticarlo.

·         Debido al miedo al fracaso de sus padres, el masoquista tiene fracasos continuos en la adultez. Y su actitud es de fracaso, pues ése fue el patrón que recibió de los padres y maestros. Por ende, será un “niño bueno” y un hombre que quiere cumplir las leyes y tradiciones pero no sabe qué hacer con su vida. Y si emprende algo, desiste porque su obsesión y convicción es que ha de fracasar.

 

TERAPIA

Terapia individual, ejercicios bioenergéticos, masajes, escribir o relatar casos en los que haya tenido éxito, psicodrama, psicoterapia Gestalt.

 

Lo importante al leer este tipo de información es que continúes avanzando en el camino del autoconocimiento, de la psicoeducación y de tu libertad psíquica.

 

Recuerda que puedes ver el video aqui: Carácter Masoquista

 

Quedo atenta a aclarar tus dudas.

 

¡Hasta la próxima!

Andrea Buenaver, FPV 17.212

 

REFERENCIAS Y LECTURAS RELACIONADAS

Darder, M. (2019). La sociedad del abuso. Madrid: Rigden.

Lowen, A. (1995). El lenguaje del cuerpo. Barcelona: Herder.

Ramírez, A. (1998). Psique y soma. Bilbao: Desclée de Brouwer.

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